Ver telas sintéticas traídas de Miami o de Itagüí, ver minivestidos sin medias, acompañados de carteras gigantes llenas de pedrería falsa y al final estos atuendos rematados por plataformas gigantes de todos los colores del arcoiris con tacones de plástico, yute o corcho, ver todo esto sumado a creer que la estética ideal es la de las muñecas de la mafia, distorsionan a las primeras matriarcas de la ¨cosa nostra¨, unas que parecen otras, pero que al verlas nos recuerdan que fueron ellas quienes estuvieron primero ahí. Y que si entonces lo que se quiere es ¨levantar¨ y a una Barbie se quiere copiar, es a estas a quienes se debe imitar.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Las novelas colombianas actuales carecen de investigación, el trabajo de la imágen y el tratamiento del glamour y de la moda lo hacen algunos que ni saben quien era ninguna de las anteriores "divas de la mafia". Me gusta el texto, es crítico y definitivo. Para hablar de glamour y de moda tenemos que ir al epicentro, no andar por ahí copiando la lobera que en alguna época fue el sello del narcotráfico. Buen recuerdo!!!

Anónimo dijo...

no es mi campo
yo igual me las comeria a todas
grillas y divas
sin discriminar

Anónimo dijo...

total acuerdo siepre es bueno ver un poco de glamour en la television

Anónimo dijo...

a mi, lo que mas me gusta es el glamour.